La
mayoría de las redes sociales que conocemos no son accesibles para los menores
de 13 años. Por esta razón se han creado espacios que representan planetas o
lugares ficticios habitados por monstruos, muñecos o animales fantásticos
adoptables, en los que los más pequeños viven aventuras compartidas, aprenden
y, como es natural, se divierten. Son bastantes y su número sigue en
aumento. Muchas aspiran a convertirse en el Facebook de los niños.
Sus
denominadores comunes son dos: la interacción a través del elemento lúdico, y
la especial atención y cuidado que se presta a todo lo relativo a la seguridad
y a preservar la confidencialidad de sus usuarios, motivo por el que buscan que
los padres también se involucren a través de espacios reservados para ellos.
En principio, en todas ellas registrarse y jugar es gratis,
aunque con la vista puesta en el negocio, algunas de estas plataformas ofrecen
la posibilidad de abrir una cuenta a través de la cual se tiene acceso a un
mayor número de materiales. Según uno de los responsables de Moshi Monster, los padres se sienten bien pagando por un sitio que
consideran divertido, seguro y educativo; pero en ocasiones da la sensación de
que la intención es aprovechar el filón y hacer negocio con las compras
virtuales o promoviendo juguetes y productos que se pueden adquirir en
comercios.
Dentro
de la amplia lista de plataformas, vamos a hacer un breve recopilatorio con
aquellas que se consideran más destacables o tienen un mayor nivel de
especialización. Entre las que más se acercan al modelo Facebook,
tenemos:
La más
parecida quizá sea Togetherville, en la que pueden participar niños y niñas de hasta 13
años, pero siempre a partir de las cuentas que tengan sus padres en Facebook.
Estos crean los perfiles de sus hijos y habilitan el acceso de los contactos,
controlando el círculo de amistades que se establezca. Las fotos de perfil
están protegidas y no se muestran, un añadido más a la seguridad.
Pero si
lo que verdaderamente nos preocupa es la seguridad es obligada la mención
de What´sWhat.me.
Dirigida a niños y niñas de entre 7 y 13, cuenta con tecnología de
reconocimiento facial que permite identificar al usuario. A esto hay que añadir
la existencia de un grupo de moderadores que no permiten la inscripción de
adultos y el hecho de que todas las fotos están encriptadas y guardadas en
servidores seguros. Al igual que la anterior, su fin primordial es crear un
espacio en el que sus usuarios se relacionen y comuniquen –nunca mediante chat–,
jueguen y se diviertan.
En esta
línea de redes sociales se enmarca también Scuttlepad, que cuenta con versión en castellano. Sus usuarios
tienen edades comprendidas entre los 6 y 11 años. Pueden compartir fotos, decir
que están haciendo, enviar y recibir mensajes y chatear. Respecto de esta
última opción, la comunicación es guiada: existe una lista de palabras
predefinidas que son la que los más pequeños pueden utilizar para comunicarse.
También cuenta con un grupo de moderadores que revisan las fotos y se aseguran
de que no haya ningún ‘adulto-depredador’ merodeando.
Para
finalizar, una aplicación para iPhone relacionada con este mundo de las
comunidades virtuales y los más pequeños. Ante la imposibilidad que tienen los
menores de 13 años de compartir contenidos (fotos, vídeos, textos), el equipo
de BabyFirst TV creó
Vikido,
una app que permite a niños y niñas tener un grupo reducido con amigos y
familiares con los que comparten, de forma segura y desde el teléfono, material
multimedia. Sus creadores la han definido como “una red social para
familias”.
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