Un anuncio bien hecho hoy
día, no deja de ser un anuncio más pero, un anuncio que persigue el engaño, la
manipulación, la exageración de los hechos o el escándalo es un anuncio que
consigue una mayor repercusión y, no sólo eso, consigue que el propio anuncio
se anuncie de forma gratuita, que la gente vea el anuncio con atención y, lo
más importante, consiguen que recuerden el producto que se anuncia.
Las navidades se acercan y
desde hace unos días se puede ver en la tele, sobre todo durante los fines de
semana, la gran cantidad de publicidad de juguetes para los niños que los
llenan de ilusiones y los sumergen en un mundo de fantasía. Pero hay que estar
atentos a esos anuncios porque no siempre muestran la realidad
Gracias a la publicidad
infantil repleta de colores, diversión y de magia, la mente de los niños viaja
a un mundo de fantasía que los llena de grandes expectativas y que luego
plasman en su carta a los Reyes Magos. Pero esa publicidad no siempre se ajusta
a la realidad y los niños se pueden ver desilusionados cuando abren sus regalos
y se encuentran con algo que no era lo que soñaban. Por ello, la legislación y
el código deontológico obligan a los anunciantes a reflejar de forma fiel la
realidad, para no crear falsas ideas en los niños y no incurrir en un error.
Según Arag, empresa líder en
el mercado europeo especializada en seguros de defensa jurídica, es aconsejable
que los padres estén atentos y que observen lo que ven los hijos. Recomiendan
que procures leer la letra pequeña, y así, de esta manera, tú también estarás
seguro de que lo que compras es lo que se ve en el anuncio. En ella se dan las
claves de cómo será un juguete realmente.
Un anuncio falso hace creer
a miles de personas que el iOS7 convierte el iPhone en sumergible.
Nestlé, acusado de hacer publicidad engañosa.
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